Retomando mi primera
entrada del blog, en la que hacía una crítica del uso de las redes sociales por los
Abogados, os informó en este post de que cada vez va siendo más habitual
escuchar casos en los que el mal uso de las redes sociales ha perjudicado al
abogado en un asunto o ha afectado a su reputación, y de que, ante el riesgo de
que un mal uso de las redes sociales pueda comprometer la carrera de los
profesionales, están proliferando normas de actuación en ellas para
profesionales.
La International Bar
Association (IBA), principal organización mundial de abogados, ha publicado este año un código de conducta,
alertando de que las redes
sociales proporcionan oportunidades, pero también riesgos para los profesionales
del ámbito jurídico. Este Código de Conducta gira en torno a 6
principios: independencia, integridad, responsabilidad, confidencialidad,
mantenimiento de la confianza pública y políticas de uso de redes sociales.
Dichos principios, marcan líneas rectoras de actuación que quedan sujetas a un
posterior desarrollo y concreción que deberían llevar a cabo los Colegios de
Abogados, con el fin de “ayudar” a los profesionales a usar correctamente las
redes sociales.
Las recomendaciones que
ofrece la IBA giran en torno a hacer un uso consciente y meditado de las redes
sociales, y van desde pensar cómo puede afectar en el futuro a nuestro ejercicio
profesional el aceptar una amistad en una red social, si se trata de clientes,
jueces u otros abogados; hasta cuidar los comentarios que se hacen, pensando en
si pueden dañar nuestra reputación o dar lugar a malentendidos. Asimismo nos
advierte de que no se debe tampoco publicar opiniones que puedan revelar un
posicionamiento sobre algún tema que pueda ser contrario al que defiende su
cliente, pues ello puede generarnos un conflicto de interés.
La IBA nos recuerda que existen normas que regulan la publicidad
de nuestros servicios, así como que debemos tener en cuenta que un post
publicado por un abogado o un despacho puede ser entendido como un
asesoramiento o consejo legal, cuestión que conviene que sea aclarada, pues
podemos incurrir en responsabilidades con el lector por ello.
Por último, y no menos
importante la IBA advierte de que se corre el grave riesgo de no respetar la
confidencialidad con el cliente. Cosas que hace todo el mundo como ofrecer
información en redes sociales acerca de dónde nos encontramos en un momento
determinado o publicar la geolocalización de nuestras fotos, pueden estar
revelando que se está ofreciendo asesoramiento legal a un cliente que desea
mantener este extremo en secreto.
Como veis, demasiados problemas
y preocupaciones.
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