lunes, 24 de noviembre de 2014

El uso prudente de las redes sociales

Retomando mi primera entrada del blog, en la que hacía una crítica del uso de las redes sociales por los Abogados, os informó en este post de que cada vez va siendo más habitual escuchar casos en los que el mal uso de las redes sociales ha perjudicado al abogado en un asunto o ha afectado a su reputación, y de que, ante el riesgo de que un mal uso de las redes sociales pueda comprometer la carrera de los profesionales, están proliferando normas de actuación en ellas para profesionales.

La International Bar Association (IBA), principal organización mundial de abogados, ha publicado este año un código de conducta, alertando de que las redes sociales proporcionan oportunidades, pero también riesgos para los profesionales del ámbito jurídico. Este Código de Conducta gira en torno a 6 principios: independencia, integridad, responsabilidad, confidencialidad, mantenimiento de la confianza pública y políticas de uso de redes sociales. Dichos principios, marcan líneas rectoras de actuación que quedan sujetas a un posterior desarrollo y concreción que deberían llevar a cabo los Colegios de Abogados, con el fin de “ayudar” a los profesionales a usar correctamente las redes sociales.

Las recomendaciones que ofrece la IBA giran en torno a hacer un uso consciente y meditado de las redes sociales, y van desde pensar cómo puede afectar en el futuro a nuestro ejercicio profesional el aceptar una amistad en una red social, si se trata de clientes, jueces u otros abogados; hasta cuidar los comentarios que se hacen, pensando en si pueden dañar nuestra reputación o dar lugar a malentendidos. Asimismo nos advierte de que no se debe tampoco publicar opiniones que puedan revelar un posicionamiento sobre algún tema que pueda ser contrario al que defiende su cliente, pues ello puede generarnos un conflicto de interés.  

La IBA nos recuerda que existen normas que regulan la publicidad de nuestros servicios, así como que debemos tener en cuenta que un post publicado por un abogado o un despacho puede ser entendido como un asesoramiento o consejo legal, cuestión que conviene que sea aclarada, pues podemos incurrir en responsabilidades con el lector por ello.

Por último, y no menos importante la IBA advierte de que se corre el grave riesgo de no respetar la confidencialidad con el cliente. Cosas que hace todo el mundo como ofrecer información en redes sociales acerca de dónde nos encontramos en un momento determinado o publicar la geolocalización de nuestras fotos, pueden estar revelando que se está ofreciendo asesoramiento legal a un cliente que desea mantener este extremo en secreto.

Como veis, demasiados problemas y preocupaciones.

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