Como muchos ya sabréis, en el proyecto de
Ley Orgánica de reforma del Código Penal se prevé un delito específico para aquellos representantes legales o
administradores de cualquier ente con o sin personalidad jurídica, que omitan
la adopción de las medidas de control exigibles para evitar la infracción de
deberes o conductas peligrosas tipificadas como delito, siempre que si se
hubiera empleado la diligencia debida se pudieran haber evitado.
Este nuevo precepto va a
exigir definitivamente a las empresas que implanten medidas de vigilancia y
control idóneas para prevenir la comisión de delitos que la empresa (o sus
administradores, representantes o empleados) esté en riesgo de cometer por la
actividad a la que se dedique.

Estas medidas que se
articulan en lo que se denomina planes de prevención de delitos, ya funcionan
desde hace tiempo en otros Estados, pero lo cierto es que en España solo saben
de su existencia las grandes empresas y multinacionales. Sin embargo, el nuevo
precepto del Código Penal no exime de esta responsabilidad a ningún tipo de empresa,
por lo que las PYMES también deberían contar con él. No es obligatorio tenerlo
pero sí es recomendable porque en caso de que se cometa un delito por alguien
de la empresa tendremos una responsabilidad por la infracción en sí y otra por no
poner la diligencia debida para evitarlo.
En este contexto, está
surgiendo en las grandes empresas el perfil del Compliance Officer, esto es,
una persona responsable de la supervisar y gestionar todas las cuestiones
relacionadas con el cumplimiento normativo y que tiene como funciones identificar
riesgos, analizar cambios estatutarios y reguladores, determinar medidas
preventivas y correctivas, impartir formación a directivos y
empleados para que conozcan y apliquen todas las normas, y revisar
periódicamente la actualización de los procedimientos.
Esta nueva figura que evidentemente
requiere conocimientos jurídicos, y que sólo se pueden permitir las grandes empresas
puede ser, a mi juicio, una salida interesante para los juristas. Así como, en lo que afecta a las PYMES, que por lo general tienen menos medios para implantar planes de prevención de delitos eficaces,
y más en el contexto de la crisis económica actual, puede ser, desde ya, un buen servicio a ofrecer por parte de los Abogados y de las Asesorías Jurídicas.
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